12_Seminario SmartCities‘Existe un amplio abanico de posibilidades de trabajo en modelos de gestión de una smart city’. De esta forma Abraham Ruiz apeló a las oportunidades profesionales que ofrecen las ciudades inteligentes para los ingenieros de telecomunicación. El profesor del Departamento de Ingeniería de Comunicaciones de la UMH impartió el seminario ‘Energía y Smart Cities. Gestión del alumbrado público’ en el contexto de la asignatura Aplicaciones Multidisciplinares de las Telecomunicaciones del máster en Ingeniería de Telecomunicación.

Una smart city es aquella capaz de gestionar los recursos y las fuentes de energía de forma óptima y eficiente para mejorar la calidad de vida de las personas. Definir un nuevo modelo de ciudad inteligente requiere el desarrollo de sistemas de gestión que implementen las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC). Según explicó Abraham Ruiz, no existe un único modelo de Smart City pues podemos entenderla como un sistema de sistemas complejo y multidimensional en el que las condiciones culturales, sociales, económicas y geográficas son específicas para cada ciudad. Por lo tanto, tampoco existe un estándar de protocolo de comunicación.

Abraham Ruiz detalló cada una de las distintas áreas de influencia de una Smart City. Podemos distinguir:

  • Smart Community. Una aplicación directa podría ser el análisis de los flujos de tráfico dando prioridad a los transportes públicos y de emergencia. Ejemplos de acciones que están funcionando en este contexto son el centro de control de la Dirección General de Tráfico o el sistema de paneles informativos de los autobuses urbanos de Elche.
  • Smart Mobility. Consiste en el impulso y desarrollo de medios de transporte sostenibles y menos contaminantes.
  • Smart People. Se basa en implementar diferentes servicios para mejorar la comodidad y seguridad de los ciudadanos. Consultas médicas por medio de video llamadas, creación de grupos networking o desarrollo de sistemas de aprendizaje online son algunas de las múltiples líneas de aplicación en esta área.
  • Smart Economy. Basada en un sistema que genera de forma eficiente un entorno económico sostenible. Entre las aplicaciones destacan la incentivación de inversión en núcleos internacionales o la puesta en marcha de programas para emprendedores.
  • Smart Living. Consiste en gestionar todos los servicios y los consumos que se producen en una ciudad de forma eficiente. Las acciones van desde la prevención de riesgos como terremotos a implementar domótica en el hogar o gestionar las aguas subterráneas.
  • Smart Governance. Se trata de desarrollar nuevas herramientas para la comunicación directa con las instituciones públicas con el objetivo de facilitar los procesos administrativos.
  • Smart Environment. Su principal eje de actuación está en el desarrollo de Smart grids.

 

Smart Grids, las redes inteligentes

Según define el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), una smart grid es una red que integra de manera inteligente las acciones de los usuarios conectados a ella –generadores, consumidores y aquellos que son ambas cosas a la vez-, con el fin de conseguir un suministro eléctrico, eficiente, seguro y sostenible. Para alcanzar este objetivo, la red requiere una mayor integración de energías renovables monitorizadas, el empleo de generación distribuida y de vehículos eléctricos y una gestión activa de la demanda por medio de la instalación de contadores.

Abraham Ruiz expuso una comparativa entre las redes tradicionales y las redes inteligentes. En las redes convencionales el consumo eléctrico se predice en base a consumos históricos, la generación es de baja volatilidad a partir de combustibles fósiles, existe un único control de las redes de alta tensión, la gestión de desequilibrios se realiza mediante generación centralizada y la respuesta ante fallos es lenta. De otro lado, en las smart grids se persigue la generación en puntos distribuidos de la red, la necesidad de control de flujos direccionados, una oferta y demanda con mayor volatilidad, la monitorización y el control a la red de distribución y una respuesta rápida ante fallos.

Existen varios proyectos I+D para la implementación de redes inteligentes. Un ejemplo es el proyecto Fénix cuyo objetivo es conseguir que la generación distribuida pase de ser pasiva a activa, contribuyendo al funcionamiento de las redes eléctricas y asumiendo así un papel similar y complementario al de la generación centralizada.

Según explicó el profesor del Departamento de Comunicaciones de la UMH, se estima que en España se inviertan más de 800 millones de euros al año en la mejora del alumbrado público. En definitiva, la conversión de una ciudad en smart supone integrar varias áreas de actuación (producción, distribución, etc. ). Para llevar a cabo este cambio ‘es indispensable que exista una necesidad de desarrollo de infraestructuras de la comunicación para el control de las instalaciones distribuidoras y receptoras de energía’, concluyó Abraham Ruiz.